recuerdos que transportan

Hace tanto que no me maravillaba con el poder de las fotografías como hoy. Revivir no solamente el momento mismo, sino las sensaciones que uno experimentó en ese mismo instante (o por lo menos algo cercano) ha sido el highlight de mi día.

Borrando unos archivos me encontré con fotografías de mi estancia en Sudáfrica, de las personas con las que compartí y de mis diferentes viajes dentro y fuera del país. Tuve suerte, muchísima suerte. Conocí personas increíbles con las que hasta el día de hoy mantengo contacto y a pesar de que la comunicación no sea permanente, la complicidad y la comprensión se mantienen tan frescas como si sólo ayer nos hubiéramos despedido. Y por supuesto, viví experiencias únicas que me dieron un nuevo concepto de vida, en donde la inocencia y la felicidad se conjugan de una manera tan pura, que incluso en ese momento, parecía algo irreal. Viví ÁFRICA.

Y sí, uno escucha mucha pobreza, uno mira mucha desdicha y piensa “qué pena ese continente… tanto sufrimiento”. Y sí… es así, pero también existe felicidad infinita, increíblemente infinita y sincera. Esa gente que tiene tan poco, te mira con pureza, te sonríe de forma sincera y te invita a compartir con ellos momentos de su día a día. Conversas, ríes y luego analizas cuán bendecid@ eres por tener la oportunidad de hacerlo!

Y así, con el pasar de los días, llegó el día en el que esta increíble travesía llegó a su final. Los estudios habían terminado y con ellos, la vida en una pequeña ciudad estudiantil en donde no existía un sistema de transporte público. Los 45 días que le siguieron, cargando una mochila y durmiendo en una carpa en varias ciudades de los 6 países que visitamos junto a tres maravillosos chilenos, terminó también con una inesperada llamada y una breve despedida de dos grupos diferentes en dos aeropuertos distintos. Sin apetito y con el único deseo de digerir las lágrimas que entraban en mi boca soporté las 8 horas de vuelo (desde Cape Town hacia Baires) y las preguntas insistentes de los tripulantes acerca de mi estado de ánimo. Ja! viví una pesadilla, sentí que me apartaban de mi tierra… Y por qué no, ahí es donde todo empezó no? De ahí son nuestros antepasados, las bases de nuestras culturas…, los inicios de nuestra civilización…

Hoy, reviviendo sentimientos y momentos, me llena de felicidad haber sido parte de ese continente (aunque sea por unos meses)  y ansío profundamete poder compatirlo en una nueva ocasión y crear nuevos recuerdos con las personas que más amo.

Si tienen la oportunidad… no lo duden, no la pierdan… tan sólo tómenla.